Ven, que llevo pensándote todo el día,
que mis labios a la mínima te susurran,
Ven, y por una vez sé el príncipe que salva mi sonrisa,
erizándome hasta los sueños, y
liberándome de esta pesadilla.
Ven, acércate con mirada lasciva,
llenándome los huecos vacíos, y
acariciándome como sólo tú sabes que me gusta.
Ven, que me faltan tus besos en el ombligo,
tus manos en mi pecho y
tu cuerpo sobre el mío.
Ven, y libera la pasión de mi alma,
consiguiendo saciarme las ganas,
al hacerme el amor hasta mañana.
Ven, y si quieres házmelo de espaldas,
déjame tocarte, mírame chuparte,
pero ahora no te vayas.
Ven, y te prometo la mejor noche de tu vida,
porque si tú así lo quieres,
esto continúa…
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