"Te voy a poner mirando a Cuenca"

¿Cuántas veces hemos oído la expresión "Te voy a poner mirando pa Cuenca"? ¿Cuántos miles de chistes puede haber sobre el tema? ¿Qué opinan los conquenses del tema? ¿De dónde viene esa expresión?

Poner mirando a Cuenca

Por si alguien lo desconoce, la postura sexual a la que nos referimos cuando usamos esta expresión, es a la postura del "perrito" o "a cuatro patas".

Es una postura en la que la persona que recibe la penetración, se apoya en sus extremidades con sus piernas ligeramente separadas, mientras que la persona que va a hacer la penetración se pone encima del receptor y le inserta el pene por detrás, ya sea en la vagina o en el ano.

Orígenes de la expresión

Trasteando por Google se pueden encontrar varias versiones sobre el origen de dicha frase, las que parecen más reales son dos:

     -Mirando a la Meca

     La expresión original no era mirando a Cuenca, sino a la Meca, lugar hacia el que dirigen sus oraciones los musulmanes en una posición que puede recordar a dicha práctica sexual, pero como los españoles para estas cosas somos así de majos pues nacionalizamos la expresión, y en vez de la Meca pues mejor Cuenca ¿pero por qué Cuenca? pues a saber... puede ser debido a su pasado musulmán, su mezquita, sobre la que a finales del siglo XII se levantó la catedral, los numerosos restos de cultura islámica... o porque si, alguien lo dijo, hizo gracia la cosa (a los de Cuenca no creo) y pasó de boca en boca (o de culo en culo) hasta nuestros días...

     -Juana la Loca y Felipe el Hermoso 

     Según esta versión la expresión se remonta hasta finales del siglo XV, al reinado de Juana la loca y Felipe el hermoso.

     Felipe I era un gran mujeriego, algo que a su mujer, obviamente, no le hacía ni pizca de gracia. En aquella época la corte contaba con una gran presencia de conquenses, como queda demostrado con el mismo capellán de la reina, Diego Ramírez de Villaescusa (de Haro). Algunas de las amantes del rey eran de pueblos limítrofes a los de Don Diego, por lo que Felipe I ideó una excusa perfecta para no levantar las sospechas de su mujer.

     Sabedor del poco amor de su esposa por la ciencia, el rey organizó un pequeño observador astronómico en una alta torre, donde con ayuda de los nuevos instrumentos de navegación era capaz de fijar la dirección de las principales ciudades del reino. Así, cada vez que quería escabullirse con alguna moza no tenía más que decirle a la reina: “Subo con la dama al observatorio, que la voy a poner mirando para Cuenca”.

     Los guardias del rey, que obviamente sabían a que subía el monarca al observatorio, comenzaron a utilizar la frase por los burdeles de Castilla, por lo que la expresión tuvo una rápida difusión.

     No sé cuánto tiempo le duraría la excusa a Felipe I, pero desde luego hay que reconocerle que original si fue, si...

¿Y hacia donde miran los de Cuenca? 

Por lo que he podido buscar, los de Cuenca usan la expresión “Te voy a poner mirando a Albacete” o directamente no la usan. Si alguien de Cuenca lee esto, por favor que nos cure esta curiosidad.