Toc toc
Recuerdo cuando no necesitaba
llamar, cuando cualquier pensamiento era suficientemente válido para
interrumpirte y empezar una de esas conversaciones largas, divertidas, llenas
de piques, dobles sentidos y muchas intenciones camufladas con emoticonos
sonrientes y puntos suspensivos.
Hace mucho, mucho tiempo que no
hablamos, ni como antes, ni de ninguna forma. Las últimas veces pienso que lo
dejaste muy claro. No sé si esperabas mi contestación, supongo que no porque tu
última carta sonaba más a un “adiós” que a un “hasta luego”.
No pienso rebatir nada de lo que
me dijiste la última vez, no creo que sea todo cierto, y para nada me parece
todo mentira. Simplemente considero innecesaria esa discusión. Es más, no
pensaba volver a escribirte.
Pero últimamente, vete tú a saber
por qué, me acuerdo mucho de ti. Me imagino cruzándome contigo y quedarnos los
dos con miradas confusas entre el enfado y lo que una vez fuimos.
Antes de que te lo plantees, esto
NO es una carta de amor, ni algo que pueda crear confusión en tu nueva vida. No
intento remover tus cimientos, ni siquiera pienso que a estas alturas yo pueda
pretender algo parecido. Tú y yo nunca hemos sabido hacer las cosas bien. Y es
tarde para empezar a hacerlo ahora.
Tú has querido eliminarme de tu
vida, con o sin motivos, has decidido enterrar lo que una vez fuimos, para plantar
semillas de otra relación en la que eres feliz.
Y aunque no me parece justo… no
voy a impedirte que lo hagas.
Para mí, siempre serás tú. Porque
has marcado cada momento de mi vida, has estado ahí en las buenas y en las
malas, queriendo o no queriendo estar, y sin querer o queriendo yo que
estuvieras.
Para mí, siempre serás el primero.
Mi primer amigo, mi primer beso, mi primer amor, mi primera vez, mi primera
desilusión, mi primera ilusión, mi primer desamor, mi primer sentimiento, mi
primera mentira, mi primera alegría, mi primer… todo. Porque por versiones que
tenga la historia, los hechos son los que mandan. Y no cambiaría mi vida
contigo por nada.
No puedo hablar por ti, pero
pienso que a ti también te pasa algo parecido, sino no estarías tan enfadado,
defraudado y decepcionado conmigo. Por desgracia, son las personas a las que
más queremos las que más daño nos hacen.
Pero una cosa voy a decirte, las
historias no son como empiezan, son como terminan. Si yo fui la primera, otra
será la última, y es algo que tengo totalmente aceptado.
Esta carta, es mi forma de
decirte que por muy cruel o sincero que seas conmigo, no va a cambiar la opinión
que tengo de ti.
Y también, es mi forma de pedirte
disculpas si alguna vez has pensado que mis intenciones eran cuestionables.
De momento, no he tenido la
suerte de estar con otra persona como lo he estado contigo, y tampoco sé lo
sano que puede llegar a ser eso otra vez.
Solo sé que tuvimos nuestro
momento, un momento que probablemente podía haber sido más bonito, más
perfecto, más afortunado, más correcto… Pero ese fue nuestro perfectamente
imperfecto momento. Y ya pasó.
También he de decir, desde que te
conozco, cuando te veo, pienso mil cosas. Últimamente esas cosas se basan en la
relación agradable y amistosa que podríamos tener si no fuésemos tan orgullosos
y cabezotas. Me da rabia que todo lo que una vez sentimos se quede en nada.
Pero como ya te he dicho, no estoy aquí para rebatirte.
Yo, sinceramente espero que seas
feliz, que consigas el trabajo que te propongas, y que crees la familia que una
vez me dijiste que no sabías si podías llegar a tener. Yo sé que sí.
Y aunque suene a topicazo, si
alguna vez necesitas cualquier cosa, puedes contar conmigo.
Yo ni quiero, ni puedo sacarte de
mi vida, y siempre estaré ahí si lo necesitas.
No hay intenciones ocultas, ni
tienes que leer entre líneas nada.
Solo quiero que volvamos a ser
conocidos que se llevan bien, y que nos alegremos el uno por la otra de las
cosas buenas que nos pasen.
El juego del perro y la gata ya
pasó.
No espero tu respuesta, pero ya
estaba cansada de tener esta conversación conmigo misma una y otra vez.
Lo dicho, espero que todo te vaya
bien y seas feliz.
Hasta siempre.