lunes, 15 de septiembre de 2014

Colores



Cuando empiezas a superar un desamor, vuelven los colores a tu vida. No todo está gris, como en un día de lluvia, sino que de repente te fijas, y el sol luce brillante e intenso como antes.

Levantas la vista del suelo, y te das cuenta de la de gente, espacios y lugares que hay a tu alrededor. Y no sabes cómo has podido vivir tanto tiempo con las luces apagadas.

No solo tu vista cobra vida de nuevo, tus oídos, el gusto, el tacto, el olfato... Sientes todos tus sentidos diferentes.

Piensa, es verano, estás en la playa, cierra los ojos... ¿Qué sientes?

El sonido de las olas, el golpeteo de dos personas que juegan a las palas, la risa de un grupo de jóvenes a tu lado, los niños gritones del otro lado de la playa, el sol calentando la piel, el pelo al viento, olor a agua salada...

La vida sigue, no se para, muévete con ella y disfruta o llora quedándote atrás.

Hasta salir de fiesta vuelve a ser divertido, porque ya no lo haces por nadie más que por ti.

Te vistes con el vestido que más te gusta, te maquillas como más cómoda te sientes y sales. No a buscar a alguien, solo a divertirte.

Vuelves a sentirte tú, te rodeas de tus amigos, te ríes enseñando los dientes y bailas haciendo el tonto porque te da igual quien te mire. Nadie te juzga, nadie te pone límites. Eres feliz y eso es todo.


Bailas, con el cuerpo entero y los ojos cerrados, dejándote llevar, despertando partes de ti que habían estado rígidas más tiempo del necesario. 

Pero cuando abres los ojos, te espera una sonrisa.

Blanca, radiante, y te descubres a ti misma respondiéndola, con timidez, con inocencia, volviendo a sentir esas conocidas mariposas en tu tripa.

Vuelve a pasar, vuelves a caer.

Porque así es el amor. Impredecible, tentador, increíble... Y un poco capullo también. 


martes, 15 de julio de 2014

Posible


Creo que una de las cosas que más amé de estar aquí, era el sentimiento de que cualquier cosa era posible.

#amoryletras

martes, 1 de julio de 2014

Felicidad Fugaz


A veces el dolor se convierte en una parte tan grande de tu vida, que esperas que siempre esté ahí, porque ya no recuerdas la última vez que no estuvo en tu vida. 

Pero entonces, un día, sientes algo más, algo que parece malo, probablemente porque es algo desconocido. Y en ese momento, te das cuenta de que eres feliz. 

La felicidad nos llega de muchas formas, en la compañía de buenos amigos, en lo que sentimos cuando hacemos realidad el sueño de otra persona, en la promesa de una esperanza renovada. Es bueno que nos permitamos ser felices… Porque nunca se sabe lo fugaz que puede ser la felicidad.

#onetreehill

miércoles, 25 de junio de 2014

lunes, 23 de junio de 2014

Regalos... especiales



Era un viernes por la tarde, llovía en la calle y Lydia se había quedado en casa. Había quedado con sus amigas para cenar, pero aún era pronto. Estaba leyendo un libro cuando su móvil sonó. Un mensaje.

Se levantó a cogerlo y vio su nombre “Carlos”. Involuntariamente sonrió, todavía recordaba la noche anterior, los besos, las caricias y… ¿por qué no decirlo? Uno de los mejores polvos de su vida. El vientre de Lydia se contrajo al recordarlo todo. Abrió el mensaje.

“Buenas tardes nena. Siento no poder quedar esta noche, voy con estos a ver el partido. Pero te he mandado algo. Te llegará enseguida. Te va a gustar, pero no lo puedes abrir hasta las 9”

Lydia se quedó un poco pillada, pero no le dio tiempo a empezar a pensar porque llamaron al timbre. Se lanzó a abrir la puerta. 

- Hola, un paquete para…

- Soy yo – interrumpió la joven cogiendo el boli y firmando rápidamente- Gracias- y cerró la puerta con el paquete en la mano.

Era del tamaño de una caja de zapatos, envuelto en ese papel marrón cutre propio de correos.

Miró la hora rápidamente. Las seis. ¿A esperar tres horas?

Carlos la conocía, llevaban ya 5 meses viéndose, y sabía que ahora estaría toda la tarde comiéndose la cabeza por saber lo que era.

Su móvil volvió a sonar. Otro mensaje de Carlos. Lo abrió.

“Sé que estarás deseando abrirlo, no lo hagas. Espera un poco”

Parecía como si la estuviera viendo y leyéndole el pensamiento. Dejó el paquete sobre la mesa de la cocina y volvió a mirar el reloj. Las seis y diez. Esto iba a ser duro.

Pensó en ir a su gimnasio, el VivaGym, pero no le apetecía. Intentó olvidarse del tema volviendo a coger el libro. Pero no funcionó. Y después de 10 veces que leyó el último párrafo y no se enteró decidió darse una ducha.

La ducha consiguió calmarla, siempre lo hacía, se explayó lavándose el pelo, una mascarilla, poniéndose crema hidratante…

Para cuando salió de la ducha envuelta en una toalla en el cuerpo, y otra en el pelo, estaba nueva.

Pero su mente la traicionó mirando la dichosa mesa donde había dejado el paquete. Y volvió la curiosidad. ¿Qué será?

Cogió el paquete, no pesaba mucho. Lo balanceó y sonó un golpeteo. ¿Qué esssss? 

Miró la hora de nuevo. Las siete y veinte. Resopló.

Volvió a la habitación a pensar que ponerse para la cena. ¿Falda, pantalón o vestido? ¿Qué será el paquete? ¿Tacones, cuñas o plana? ¿Por qué no me deja abrirlo ya? ¿Abrigo o chaqueta? Necesito abrir esa caja ya.

Fue al salón vestida sólo con ropa interior. Cogió el paquete y rasgó el papel marrón horrible. Dentro había una caja un poco más pequeña, envuelta en papel negro con un gran lazo blanco. Y una nota.

“Ya queda menos, preciosa. Sólo un poco más. C”

Lydia miró a todas partes. La tenía que estar viendo. O la conocía muy bien. Miró por la ventana y sólo vio a su vecino adolescente mirándola con cara de salido.

Cerró la cortina y volvió a la habitación a vestirse.

Siete modelitos, cuatro peinados y tres pruebas de maquillaje después salió de la habitación. Optó por unos vaqueros ajustados oscuros, camisa blanca, chaqueta negra y taconazos. 

El reloj marcaba las nueve menos cuarto. 

Ésta se la devolvía, aún no sabía cómo, pero tenía que devolvérsela.

Estaba nerviosa, dando golpes al suelo con los tacones sin pensarlo y mordiéndose las uñas.

Nueve menos diez.

Se puso a dar vueltas sobre la dichosa mesa en la que estaba la caja gritando “Ábreme”.

Nueve menos cinco.

Ya había esperado suficiente. Cogió la caja, quitó la nota del medio y tiró del extremo del lazo para que se soltara.

La abrió. ¿Qué era eso?

Os lo digo en el próximo capítulo.







  












¡Qué nooooo!

Ahí estaban, blancas, suaves y pesadas, unidas por un fino cordón de látex. No lo podía creer. ¿Unas bolas chinas? Las movió, y al hacerlo podía sentir el vibrar de la esfera pequeña que había dentro de cada una para que al usarlas y moverse vibraran ocasionando ligeros golpeteos dentro de la vagina.

El móvil volvió a sonar y corrió a ver el mensaje, sabía que era él.

“Supongo que ya lo habrás abierto. Sí, son unas bolas chinas, y me encantaría que te las pusieras esta noche”

Así que se quitó el pantalón y el tanga sin pensarlo, recostándose en la cama. Abrió las piernas, mientras con una mano separaba los labios de su sexo súbitamente húmedos y tiernos, con la otra introdujo despacio una bola detrás de la otra, que se deslizaron dentro de su vagina con un ligero temblor.

Ambas habían desaparecido de la vista, pero Lydia las sentía llenando su interior.

Cerró las piernas y sacudió un poco la pelvis, sintiendo una ligera vibración. Sonrió y se incorporó dando unos pasos por la habitación, las bolas descendieron pesadamente y resbalaron por su estrecha vagina. Ella apretó instintivamente.

Tomó el hilo que sobresalía y tiró levemente hacia fuera. Una de las bolas intentó asomarse y ella la empujó suavemente hacia adentro sintiendo como presionaba su interior.

Calor.

El móvil volvió a sonar, esta vez estaban llamando. Era Clara, su amiga. Respondió.

- Dime chiqui

- Lyd, ¿dónde estás? Te estamos esperando en el restaurante.

- Se me ha hecho tarde- miró el reloj, las diez menos veinte, tiene gracia que ahora sí pasara rápido el tiempo- Voy ya. En diez minutos estoy allí.

- Venga tardona, te esperamos.

Colgó y volvió a vestirse con dificultad, las bolas se movían dándole sacudidas en pleno centro y haciéndola temblar.

Salió del piso directa al ascensor. “Averiado” decía un cartelito en la puerta. Que gracia. Fue por las escaleras con cuidado. Entre las bolas y los tacones iba a parecer un pato toda la noche.

Cada escalón que bajaba era una tortura, podía sentir como el juguete dentro de ella daba golpecitos humedeciéndola y excitándola. Sólo tres pisos más, sólo tres pisos más…

Notaba como las bolitas pesaban intentando salir. Las sentía deslizarse con lentitud. Contrajo las nalgas y la pelvis apretando el útero. Controlado.

Bajó un escalón más y el tacón se le torció haciendo que el juguete vibrara ocasionándole un orgasmo. El suspiro que soltó alertó a un vecino que se asomó.

- ¿Estás bien vecina? 

- Si –dijo ella recuperando la postura- el tacón se torció.

- Las jóvenes y vuestros tacones. Ten cuidado.

- Gracias señor García. Tendré cuidado.

Consiguió bajar sin más incidentes. El móvil volvió a sonar. Pensando que sería Clara contestó sin mirar.

- Lo siento Clara, mi ascensor estaba roto y casi me caigo por las escaleras.

- Vaya, parece que mi regalo está poniéndote nerviosa- dijo una voz masculina con tono irónico. El vientre le dio una sacudida al escucharle a él.

- Muy gracioso tu ¿no? Casi me mato, enserio.

- Lo siento pequeña, no contaba con el ascensor.

- Que sepas que la gente me mira raro, seguro que lo saben, estoy andando como un pato- escuchó la risa de él a través del teléfono.

- Eres una paranoica, seguro que andas normal.

- ¿Cómo va el partido?- Lydia decidió cambiar de tema para intentar olvidar el suave golpeteo de las bolas dentro de ella que la estaban mojando otra vez.

- Vamos ganando, está en el descanso. ¿Luego vais al Club?- el Club era el nuevo bar de moda de la ciudad.

- Sí, creo que sí. ¿Vas a venir?- una pregunta inocente que no sabía por qué le había salido con tono seductor.

- Lo intentaré. Empieza el segundo tiempo. Hablamos luego.

Continuó su camino mirándose en los escaparates. El vaquero apretado se ajustaba perfectamente a sus glúteos. Solo ella notaba el cosquilleo. Solo ella notaba como iba humedeciéndose.

A medida que avanzaba por las aceras comenzó a tener la sensación de que las bolitas bajaban otra vez haciendo que se contrajera y que un cosquilleo le subiera por el cuerpo.

Se miró la entrepierna en el cristal del restaurante. No se notaba nada, sin embargo ella estaba empapada, nerviosa, divertida y… excitada.

Nadie parecía darse cuenta, pero se sentía señalada y con todos los ojos puestos en su sexo.

Una de las bolas al seguir su descenso rozó su clítoris presionado por el pantalón y la hizo estremecer. Suspiró controlándose mientras entraba y sus amigas le hicieron señas desde una mesa.

La cena pasó tranquila, hablaron de chicos, del viaje que iban a hacer ese verano, de cotilleos… Pero Lydia estaba un poco ida. 

- ¿Qué te pasa niña? ¿Todo bien con Carlos?- Clara le susurró para que sólo la oyera ella.

- ¿Qué? Sí, todo bien- pensó en contárselo, pero si lo hacía Clara se estaría riendo de ella toda la noche.

- Me alegro- sonrió sinceramente la chica.

Después de la cena, de pagar, y de que el camarero guapo las invitara a chupitos fueron al Club. Estaba lleno. La gente bailaba y se reía. Y algunos celebraban que su equipo había ganado.

Involuntariamente Lydia lo buscó con la mirada, pero no estaba.

- No me lo puedo creer, ¡está ahí, está ahí!- dijo Clara entusiasmada mirando a un chico cerca de la barra- ¡es guapísimo!- Lydia buscó dónde miraba su amiga y vio a Alberto, el amor platónico de Clara en el último año- tenemos que bailar cerca de él, porfa porfa porfa porfa.

- Vale, vale- nadie era capaz de resistirse a Clara, y sus grandes ojos azules pidiéndote algo.

No sabía si era el alcohol, las luces, el ambiente, bailar con Clara en plan lesbianas calienta braguetas o su nuevo juguete, pero esa noche Lydia se sentía irresistible, excitada, eufórica, contenta… Las bolas dentro de ella seguían provocándola, cada vez tenía más calor, estaba más húmeda…

Alberto y sus amigos no tardaron en acercarse a ellas, invitándolas a una copa. Pero Lydia se excusó diciendo que necesitaba ir al aseo.

Se mojó el cuello intentando calmarse, y cuando pensaba que lo había conseguido algo dentro de ella empezó a vibrar. ¿El móvil? No. Las bolas. Era verdad que tenían sorpresa, y al parecer mando a distancia.

Se sujetó al lavabo con fuerza reprimiéndose, pero no lo aguantó más y volvió a correrse con un latigazo que se prolongó hasta los dedos de los pies.

Ésta se la devolvía, ésta tenía que devolvérsela. Y de pronto cayó. Si el mando funcionaba, es que él estaba cerca.

Salió del aseo buscando a Carlos por todas partes. A cada paso que daba, la vibración era más fuerte. Tuvo que apoyarse en la pared a punto de correrse otra vez.

- ¡Ey! ¿Qué te pasa guapa?- reconoció la voz, era de uno de los amigos de Alberto que había intentado tocarle el culo mientras bailaba con Clara.

- Nada nada, que hace mucho calor aquí- notaba como cada vez la vibración era mayor, y de repente lo vio. Cerca de la puerta con sus amigos mirándola con esa sonrisa característica suya y el mando en la mano.

- ¿Quieres salir a tomar el aire?- preguntó el joven dejando claro con la mirada para qué quería salir.

- No gracias, estoy esperando a alguien.

Dejó al chico con la palabra en la boca para dirigirse a Carlos, que seguía jugando con los niveles del mando. Cuando logró llegar a él se lo quiso quitar, pero el chico lo alejó de ella y le dio un rápido beso en los labios.

- Te veo acalorada.

Lydia no le siguió la broma. Sólo le abrazó el cuello y le plantó un beso con todas las letras, mientras los amigos de Carlos los mandaban a un hotel. Con sutileza le quitó el mando de las manos y lo metió en su bolso.

- Hola chicos, os lo quito un momento.

Se alejaron unos pasos del grupo. Lydia tenía preparado todo un sermón sobre no jugar con los orgasmos de la gente. Pero Carlos estaba más entretenido cogiéndola de la cintura y acercándola a él, tocándola y besándola dónde sabía que a ella le gustaba.

- Esta noche estás realmente guapa, ¿lo sabías?

- ¿Es una estrategia para que me ablande?- preguntó ella girando el cuello para facilitar que él la besara en esa zona.

- No, la estrategia es ir a tu casa, ahora, y terminar lo que han empezado las bolas.

- Creo que las bolas ya han terminado… Un par de veces.

- ¿Ah sí? Genial, entonces me toca a mí- Lydia le dio un golpe cariñoso en el pecho riéndose- Vámonos a tu casa nena.

Lo miró a los ojos, y allí vio la urgencia y la necesidad con la que lo pedía. Sus manos no se estaban quietas. De repente volvió a notar la vibración, Carlos le había quitado el mando sin que se diera cuenta y sonreía abiertamente.

Suspiró, se estremeció y con una voz ronca que no sabía de donde salía…

- Vámonos a mi casa, ya.

martes, 17 de junio de 2014

Cerebro dividido


Superar los miedos


¿Es posible superar un miedo?

Hay cosas que nos aterran. Cuando éramos pequeños teníamos miedo a la oscuridad, al monstruo del armario, o a las brujas de Disney.

Conforme crecemos esos miedos cambian, aunque al fin y al cabo son iguales, la oscuridad se convierte en soledad, el monstruo del armario en la espina de tu corazón, y las brujas Disney por chicas que le tiran a tu novio.

No es fácil superar ese pánico abrumador, esa angustia en el pecho... El miedo.

El miedo te paraliza, te hace contener la respiración, hace que tu corazón lata cada vez más rápido, te hace ver las cosas peores de lo que son, incluso hace que te pongas a la defensiva sin motivo... ¿Pero hasta qué punto es malo ese miedo?

Quiero decir... hay sentimientos te hacen tener esos mismos síntomas, como el amor.

¿Es por eso que le tenemos miedo al amor? Si queremos tenemos miedo de que no nos quieran, cuando no queremos tenemos miedo de hacer que la otra persona lo pase mal.

Pero el miedo está presente siempre, nos acompaña, nos hace más humanos, más prudentes, más sabios, más conscientes, menos ilusos. Nos para cuando pensamos que estamos cometiendo un error... ¿Es eso malo realmente?

Puede que si le hiciéramos un poco más de caso a esa voz siniestra con tono de Darth Vader que nos dice no lo hagas, nos fuera bastante mejor.

Quien no arriesga no gana, pero tampoco pierde.

Pero igual que el miedo el amor no se controla. Y realmente piensas que ese si es un motivo para dar el salto, a ciegas, sin miradas atrás, sin remordimientos.

Nos lanzamos, ponemos todo nuestro valor, todas nuestras energías, toda nuestra valentía dándole una parte de nuestro corazón a alguien.

Y realmente pienso que es un buen motivo para hacerlo. La vida me ha dado mil y una patadas, y aún así soy la tonta que cree en el amor. Porque mil y una veces no han sido suficientes, porque aún tengo la esperanza de que venga alguien que me cure las heridas, que me enseñe que aunque la vida no sea rosa, tiene matices magentas. Porque no quiero vivir en un mundo en el que no existe el amor.

Y qué le voy a hacer si por muchas patadas que me den soy una tonta romántica empedernida.

Pero le temo. Le tengo pánico al amor. A querer y a que me quieran. Y parece que tengo un don para fastidiar las cosas buenas, y para pensar que las malas tienen futuro.

Y me pregunto constantemente si el miedo realmente se va, o solo pierde su poder ante nosotros. Sobretodo ante situaciones como ésta. 

Y me pregunto si conseguimos superar un miedo de verdad, o si alguna vez dejaremos de tener miedo.

Pero si sé que hay que convivir con él, y si no es posible superarlo, al menos aprovecharnos de sus ventajas. Porque como ya he dicho antes, no siempre es malo.

lunes, 16 de junio de 2014

Caminos


Se dice que lo más triste a lo que un hombre puede hacer frente es a lo que pudo haber sido. ¿Pero qué hay del hombre que se enfrenta a lo que fue? ¿O a lo que nunca será? ¿O lo que nunca más será? 

Elegir el camino correcto nunca es fácil. Es una decisión para la que sólo tenemos a nuestro corazón para guiarnos, pero a veces encontramos nuestro camino hacia algo mejor. 

A veces luchamos contra los pensamientos de nostalgia y los remordimientos de nuestros errores, nuestra maldad y nuestros celos, y la vergüenza que sentimos por no ser la personas que queremos ser; y ahí es cuando encontramos nuestro camino hacia algo mejor, o cuando algo mejor encuentra su camino hacia nosotros.

#onetreehill

viernes, 13 de junio de 2014

¿Cabeza o corazón?


Es una creencia bastante generalizada que las mujeres utilizan más el hemisferio izquierdo del cerebro, más emocional, y los hombres el derecho, más racional, pero ¿es así de tajante?

Parece que en lo que a asuntos del corazón se refiere, se libera una batalla entre razón y sentimientos.

¿Qué haces cuando te encuentras en una situación que te tiene saltando de un lado a otro y viceversa?

En las relaciones de pareja, ¿qué es más inteligente, seguir a la cabeza, o al corazón?

#sexoennuevayork

miércoles, 11 de junio de 2014

Equipaje


Cerré los ojos y le pedí un favor al viento: llévate todo lo que no sea necesario. Estoy cansada de equipajes pesados que no me dejan avanzar. De ahora en adelante, solo quiero llevar lo que quepa en mi bolsillo y en mi corazón.

lunes, 9 de junio de 2014

Imágenes De Nuestra Vida


La mayor parte de nuestra vida es una serie de imágenes. La vida pasa por delante como las ciudades por la autopista. 

Pero algunas veces, se detiene un momento, y algo acontece. Y nosotros sabemos que ese instante es más que una imagen. 

Sabemos que ese momento, y todas las partes de él, vivirán para siempre.

#onetreehill

domingo, 8 de junio de 2014

Estallar


Tantas ganas de hablarte y tan poco que decir...

¿Cómo es posible que me quites el sueño siendo la única persona que me hace soñar?

Y es que no vale con un abrazo y un triste adiós.

Y es que han sido demasiadas primeras veces, demasiados momentos, demasiados recuerdos,  demasiadas noches... No puede acabar así.

Intento no pensar, intento estar ocupada,  pero te metes en cada parpadeo, en cada respiración, en cada escalofrío...

Tengo tantas ganas de verte...

Y es que has dejado el listón demasiado alto.

Y es que si hago las cosas ahora es por mecánica.

Y es que todo me recuerda a ti.

Pienso en qué estarás haciendo, en si tu cama estará tan fría como la mía.

Y me ilusiono pensando que me piensas,  que tu también te acuerdas de mi, que me echas de menos tanto como yo a ti...

Pero en contra del refrán,  de ilusiones no se vive.

Y ya no puedo más. Necesito estallar.

Necesito bajarme de esta ideal nube lila (no rosa que es demasiado romántico) que tu me compraste. Porque ya no estás en ella.

Y tengo los ojos palpitantes de aguantar, de reprimirme, de no dejarlos explotar por querer ser fuerte.

No lo soy.

Desde luego ahora no.

Y me pregunto cómo coño sin ser nada te has metido tan adentro.

Y me pregunto cómo soy la única que piensa todo esto.

Y me pregunto cómo sin dar nada está mi habitación tan llena de ti.

Nada de esto tiene sentido.

Y me siento tan culpable... de mentirte, de engañarte, de provocar esta pelea, de pillarme por ti, de intentar olvidarte,  de no querer olvidarte...

Y por fin estoy estallando, pero en contra de lo que pensaba y lo que me dijeron no me siento mejor.

Necesito besarte. 

Necesito tocarte. 

Necesito abrazarte.

Necesito hablarte, arañarte, morderte, chuparte, pegarte, acariciarte, sonreírte, follarte, mimarte, rozarte, sentirte...

Te necesito a ti.

Tantas ganas de hablarte y tan poco que decir...

sábado, 7 de junio de 2014

martes, 3 de junio de 2014

Karma


Después de mi última… “relación”, me puse a pensar en la evolución de mi vida amorosa. Y siendo todo lo objetiva que puedo ser… ha sido un gran fracaso en los últimos 3 años. No es que antes fuera mucho mejor, pero desde luego no era tan caótica como lo es ahora.

Y no puedo evitar preguntarme ¿Por qué?, ¿tan mala soy?, ¿tan mal lo he hecho?, ¿qué estoy haciendo mal?, ¿qué he hecho yo para merecer esto?

¿Existe algo como el karma de las relaciones sentimentales?

domingo, 1 de junio de 2014

sábado, 31 de mayo de 2014

¿Lo Conoces?


Conozco esas lágrimas que no caen y se consumen en los ojos, conozco ese dolor feliz, esa especie de felicidad dolorosa, ese ser y no ser, ese tener y no tener, ese querer y no poder.

#JoséSaramago

miércoles, 28 de mayo de 2014

Me comprometo a...



"Me comprometo a vivir con intensidad y regocijo, a no dejarme vencer por todos los abismos del amor, ni por el miedo de que este me caiga encima, ni por el olvido, ni siquiera por el tormento de una pasión contrariada. Me comprometo a recordar, a conocer mis yerros, a bendecir mis arrebatos. Me comprometo a perdonar los abandonos, a no desdeñar nada de todo lo que me conmueva, me deslumbre, me quebrante, me alegre. Larga vida prometo, larga paciencia, historias largas. Y nada abreviaré que deba sucederme, ni la pena ni el éxtasis, para que cuando sea vieja tenga como deleite la detallada historia de mis días". 

- Ángeles Mastretta

Inoportuno


Me estoy acostumbrando a olvidarte, no interrumpas.

lunes, 26 de mayo de 2014

Desde Luego


Enamorarse un poco más de la cuenta era una mala inversión.

#JoaquínSabina

Te Necesito


En este momento hay seis mil millones, cuatrocientos setenta millones, ochocientas dieciocho mil, seiscientas setenta y una personas en el mundo. 

Algunas corren asustadas. Otras vuelven a casa. Algunas dicen mentiras para llegar al final del día. Otras simplemente están enfrentándose a la verdad. Algunos son hombres malvados en guerra con los buenos. Y algunos son buenos, luchando con los malvados. 

Seis mil millones de personas en el mundo. Seis mil millones de almas. Y a veces… todo lo que necesitas es una.

#onetreehill

Miedo


Tu miedo termina cuando tu mente se da cuenta de que es ella la que crea ese miedo.

domingo, 25 de mayo de 2014

sábado, 24 de mayo de 2014

-A



Anoche me costó dormir. Mi cabeza no paraba de dar vueltas, quizás por la ilusión de estar escribiendo otra vez aquí, quizás porque pensaba en él. 

Siempre Sabia


Enhorabuena a Quino por el premio Príncipe de Asturias =).

Arrepentimientos


Los arrepentimientos vienen en todas las formas y tamaños: Algunos son pequeños, como cuando haces algo malo por una buena razón. Algunos más grandes, como cuando decepcionamos a un amigo. 

Algunos de nosotros escapamos del dolor del remordimiento haciendo la elección correcta. Algunos de nosotros tenemos poco tiempo para arrepentirnos porque estamos mirando hacia el futuro. 

Algunas veces tenemos que luchar para hacer las paces con el pasado. Y algunas veces enterramos nuestro arrepentimiento prometiendo cambiar. 

Pero nuestros arrepentimientos más grandes no son por las cosas que hemos hecho, sino por las que no hicimos, cosas que no dijimos que pueden salvar a alguien por quien te preocupas. Especialmente cuando puedes ver la oscura piedra que se interpone en su camino.

#onetreehill

Ven


Ven, que llevo pensándote todo el día,
que mis labios a la mínima te susurran,
que mis ojos te buscan en cada esquina. 

"Te voy a poner mirando a Cuenca"

¿Cuántas veces hemos oído la expresión "Te voy a poner mirando pa Cuenca"? ¿Cuántos miles de chistes puede haber sobre el tema? ¿Qué opinan los conquenses del tema? ¿De dónde viene esa expresión?

jueves, 15 de mayo de 2014

Consejo


Nunca trates con prioridad a quien te trata como opción.

Déjate Seducir

No sé qué me pasa hoy, estoy agitada, excitada, y en lo único que puedo pensar es en ti, en ti, y en esa maravilla que guardas entre las piernas.

El Resto de Vuestras Vidas



El resto de vuestras vidas es mucho tiempo y lo sepáis o no, está tomando forma ahora mismo. Podéis elegir entre culpar al destino de vuestras circunstancias, o a la mala suerte, o a las malas decisiones que no tienen marcha atrás. Las cosas no siempre serán fáciles en el mundo real. 

Es así, pero casi siempre, recibes lo que das. Dejadme que os haga una pregunta: ¿Qué es peor: no obtener lo que siempre quisisteis o conseguirlo y descubrir que no es suficiente? 

El resto de vuestra vida está tomando forma ahora mismo. Con los sueños que perseguís, las decisiones que tomáis y la clase de persona que decidáis ser. El resto de vuestras vidas es mucho tiempo y empieza ahora mismo.

#onetreehill

Sonríe


Te invito a sonreír... Yo pago.

lunes, 12 de mayo de 2014

La Persona Que Quieres Ser


Hay momentos en nuestras vidas en los que nos vemos en una encrucijada. Las elecciones que hacemos en esos momentos pueden definir el resto de nuestra vida. 

Claro que cuando se está frente a lo desconocido, la mayoría de nosotros prefiere dar media vuelta y volver, pero a veces las personas persiguen algo mejor, algo que han encontrado tras el dolor, enfrentándose a él solos, justo tras la valentía y el coraje que supone dejar que alguien llegue a ti, o el dar a alguien una segunda oportunidad. Algo tras la lenta persecución de un sueño. 

Porque solamente estás a prueba si descubres realmente quién eres. Y sólo cuando estás a prueba descubres quién podrías ser. 

La persona que quieres ser existe al otro lado del trabajo duro, la fe y la confianza, y tras el desengaño y el miedo que están por venir.

#onetreehill

domingo, 11 de mayo de 2014

Confianza


Las personas, he descubierto, son capas y capas de secretos. Crees que las conoces, que las entiendes, pero sus motivos están siempre ocultos, enterrados en sus corazones. Nunca las conocerás, pero a veces decides confiar en ellas.

#sagadivergente

sábado, 10 de mayo de 2014

Ojos...


No todos los ojos cerrados duermen... Ni todos los ojos abiertos ven.

Fotos


"¿Alguna vez miraste una foto de ti mismo y viste a un extraño en el fondo? 

Te hace pensar cuántos extraños tienen una foto de ti, de cuántos momentos de la vida de otras personas has tomado parte, si fuimos parte de la vida de alguien cuando sus sueños se hicieron realidad, o si estuvimos allí cuando sus sueños murieron. 

¿Seguimos intentando aparecer allí, como si de alguna manera estuviésemos destinados a estar allí, o acaso la foto nos tomó por sorpresa? 

Tan solo piensa, podrías formar gran parte de la vida de otra persona, y ni siquiera saberlo."

#onetreehill