Cuando tomamos una decisión, sea cual sea,
todos hacemos lo mismo. Sopesar los riesgos.
Unos van a lo seguro,
y otros se tiran a la piscina.
Arriesgarse, tirarse a la piscina...
Algunos lo hacen con más naturalidad que otros.
El problema es que cuando estás tranquilo y a salvo,
no sabes si te estás perdiendo algo.
Riesgos... Nuestra manera de verlos
dice mucho de nosotros.
Cada día, a cada momento,
calculamos y evaluamos,
debatimos y decidimos...
Pero si lo pensamos bien,
la verdad es que en cuestión de riesgos,
lo único que importa es tener claro
cuándo nos conviene arriesgar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario